El dorado se lleva
Faltan menos de veinticuatro horas para que me vuelva a enfrentar a las tres hojas del examen que me ha procovado hasta pesadillas con las velocidades, la prioridad en las calzadas y los fallos (¿más de tres? ¡socorro!).
La de hoy ha sido la única tarde de esta semana que he tenido para dedicarle exclusivamente a repasar y hacer test. El resto de los días han sido de trabajo para Las Imposibles (un fin de semana muy bien acompañado pero acabamos con los cerebros completamente exprimidos, antiherméticos y todo a 3X1), trabajo telechón y clases.
Lo mejor ayer por la tarde, con la cabeza completamente saturada y pensando en cuantos test iba a poder desde que llegase a casa hasta la hora de acostarme, conseguí despejarme en la sesión de manualidades del curso de Monitores. Tengo claro que no es lo mío, pero a uno le gusta explayarse y dar rienda suelta a su creatividad...
Corrió la cola blanca, el pegamento de contacto, las témperas, el cartón y sobre todo el colocón de los sprays en barra libre. Creo que por eso desde ayer por la tarde estoy mucho más tranquilo y casi me da igual lo de mañana: Ahora tengo un marco dorado con toques cobrizos (es un decir) hecho con material reciclado encima de la tele porque es el único sitio de la casa donde Kotoi no puede alcanzarlo y afilarse las uñas con él. Un gusanillo con ojos saltones y una libélula pocha y colocada boca abajo en un cartón que no conseguí pegar de ninguna manera le hacen compañía.
Esta mañana al llegar a trabajar noté que mi compañera (que me recuerda un poco a Mariah Jiménez) me miraba como raro y no se atrevía a decirme nada hasta que me di cuenta de lo que pasaba. Me dice:
- Chiquillo, una cosa es que no te afeites si te quieres dejar la barba...
- Que no ... – la interrumpo – es que no he tenido tiempo.
- Bueno – me contesta mientras me mira mal – da igual porque te queda bien, pero otra cosa es que traigas el abrigo y el bolso manchado de pintura, hombre, que sabes que la cosa está muy chunga...
Y es verdad, la cosa está muy mal. Hace días, yo creo que semanas ya, que mi trabajo parece Gran Hermano porque cada día echan a uno (como mínimo). ¿Al final sólo podrá quedar uno? En cualquier caso, aquí en lugar de "tú decides quién se va", de eso se encarga Tamarga (o Tamargá), una mujer temible a la que algún día, dentro de mucho, dedicaré unas líneas.
En mi iTunes: No suena nada porque me desconcentro.
La de hoy ha sido la única tarde de esta semana que he tenido para dedicarle exclusivamente a repasar y hacer test. El resto de los días han sido de trabajo para Las Imposibles (un fin de semana muy bien acompañado pero acabamos con los cerebros completamente exprimidos, antiherméticos y todo a 3X1), trabajo telechón y clases.
Lo mejor ayer por la tarde, con la cabeza completamente saturada y pensando en cuantos test iba a poder desde que llegase a casa hasta la hora de acostarme, conseguí despejarme en la sesión de manualidades del curso de Monitores. Tengo claro que no es lo mío, pero a uno le gusta explayarse y dar rienda suelta a su creatividad...
Corrió la cola blanca, el pegamento de contacto, las témperas, el cartón y sobre todo el colocón de los sprays en barra libre. Creo que por eso desde ayer por la tarde estoy mucho más tranquilo y casi me da igual lo de mañana: Ahora tengo un marco dorado con toques cobrizos (es un decir) hecho con material reciclado encima de la tele porque es el único sitio de la casa donde Kotoi no puede alcanzarlo y afilarse las uñas con él. Un gusanillo con ojos saltones y una libélula pocha y colocada boca abajo en un cartón que no conseguí pegar de ninguna manera le hacen compañía.
Esta mañana al llegar a trabajar noté que mi compañera (que me recuerda un poco a Mariah Jiménez) me miraba como raro y no se atrevía a decirme nada hasta que me di cuenta de lo que pasaba. Me dice:
- Chiquillo, una cosa es que no te afeites si te quieres dejar la barba...
- Que no ... – la interrumpo – es que no he tenido tiempo.
- Bueno – me contesta mientras me mira mal – da igual porque te queda bien, pero otra cosa es que traigas el abrigo y el bolso manchado de pintura, hombre, que sabes que la cosa está muy chunga...
Y es verdad, la cosa está muy mal. Hace días, yo creo que semanas ya, que mi trabajo parece Gran Hermano porque cada día echan a uno (como mínimo). ¿Al final sólo podrá quedar uno? En cualquier caso, aquí en lugar de "tú decides quién se va", de eso se encarga Tamarga (o Tamargá), una mujer temible a la que algún día, dentro de mucho, dedicaré unas líneas.
En mi iTunes: No suena nada porque me desconcentro.
Tengo que decir que hace un rato haciendo un test detrás de otro llegué a un estado tal que juraría haber leído en una de las opciones de respuesta: "el conductor y las acompañantes"... Sólo faltaba que ahora los de la DGT se pusieran feministas.
posted by bernardopajares @ 7:51 p. m.
7 Comentarios:
Todo va a salir bien.
Qué convincente sueno xD
Te echo de menos Ber. Sácale una foto a María Jiménez
Bueno nene, te envío mucha energía positiva para que el examen lo hagas sin ningún fallo y te pongan un 10 ¿o es que ahí no te ponen nota? bueno, no sé, que te pongan lo que te pongan... apruebes! Un besooote!
Como que feministas? XD será machistas que creen que EL conductor lleva a LAS acompañantes que parece que no pueden conducir XDDD
Es decir, que me importa una mierda :P
Que mucha suerte corazón, que tu puedes aprobar el examen y Quedarte en la casa y llevarte los 60.000 eurolitos XD Ánimo! y besos onhe kohlensaure
tamarga? qué nombre es ese, me encanta!!!es una mezcla entre Tamara, Margarita y Amargada, que solo una mente muy perversa podría haber ideado!!!!
hazme un marco para mi casa nueva, anda...
bss grandes
AlvaritoGafasDePasta
de esta si q va... q fuerte lo de tu tabajo estoy impaciente por recibir descripcion detallada de esa jefa......
Moita sorte!
Bikachus
Lo de la barba es un sinvivir. Excusa tonta para echar la bronca.
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